Por: Fortunato Escobar (*)
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“las ideas no sólo son productos de la mente, sino que también son seres mentales con vida y poder. De esta manera, pueden poseernos. Los humanos poseídos son capaces de morir o de matar por un dios, por una idea. Sin embargo, son las ideas las que nos permiten concebir las carencias y peligros de la idea.” (Edgar Morin, 2001.)
Los originarios/rias de los Pueblos Indígenas, somos herederos y guardianes del rico patrimonio cultural, natural e intelectual de Abya Yala (América), como tal, hemos resistido por más de 513 años la invasión y saqueo de ese rico patrimonio, de parte de aquellos que trajeron la Biblia y se apoderaron de nuestras mejores tierras y nuestros recursos naturales (es decir nosotros pusimos la tierra y ellos la Biblia); ahora ellos tienen nuestras tierras y nosotros tenemos la Biblia (ellos comen lo mejor de nuestras tierras y recursos, más nosotros no podemos comer de la Biblia sino esperar imaginariamente lo “divino” para
comer sólo palabras). Para garantizar el regalo traído del occidente, han escrito y adoptado una doctrina llamada “Constitución Política del Estado” (contrato social). El cual nos dice que todos/das debemos respetarla dentro de los cánones de la “democracia”, pero esa democracia es dirigida y manejada por los mismos de siempre que por siglos nos excluyeron y nos discriminaron y no dudaron en jactarse ser “superiores” a nosotros/tras (sea en tamaño o en dinero o clase social), ellos, son los llamados blancos o criollos blancoides (Q´aras) incrustados en los partidos políticos tradicionales amparados en su poder económico y político.
Para los partidos políticos tradicionales de siempre, el “poder” se compra con engaño o con chantajes psicosociales intimidatorios o con un poco de regalo de comida chatarra para engañar el hambre coyuntural (clientelismo para ganar votos), y cuando están en el poder recibimos a cambio, desprecio, humillación social y cultural. Para ellos, sus líderes que gobernaron el País y los que pretenden gobernar deben ser líderes hasta morir; no interesa, que opinan los pueblos oprimidos sino sólo se preocupan de inventar/renovar discursos demagógicos de siempre, hablar a nombre del pobre (aún sin saber que significa el ser pobre en el mundo andino y amazónico).
Estos partidos políticos y sus lacayos están lejos de entender la cosmovisión de nuestros pueblos, me refiero a que el mundo criollo-blancoide nunca entenderá las prácticas de usos y costumbres del sistema ayllu de aquel estado confederado del TawaIntiSuyo. Donde, no existe “ líder ”, sino existen líderes. Y todos tienen la responsabilidad de ser líder, porque, el ser líder se ejerce por turno y rotación. Aún cuando no sepa hablar español o leer no importa. En cada ayllu/comunidad al recibir el cargo el nuevo líder recibe el “chicote” (una suerte de vara de mando con una correa hecha de cuero de llama andina) como señal de mando al que todos/das están obligados a respetar por espacio de un año o más. Esta, no es la democracia que practica el Estado-criollo, sino es una “participación comunitaria con identidad” , porque todos consensuan, todos/das las respetan y ayudan a ser líder “al aprendiz” y todos/das se identifican con su nueva autoridad (“Tatay o Mamay”; señor o señora).
El identificarse con la autoridad o asumir el liderazgo no sólo es un imaginario casual, sino es la práctica de “solidaridad y reciprocidad” dentro del ayllu decidida y asumida por consenso, no están escritos en los códigos occidentales sino está basada en acuerdo consensuado de la comunidad/ayllu. Además, la práctica de “reciprocidad y solidaridad” se manifiesta en el ayni, la mink´a, apthapi, achocalla, waki, qulla, entre otras formas dentro del sistema de ayllu. Donde todos están obligados de recibir y dar y de compartir lo recibido con los otros (en fiestas andinas ritualizadas en diversas formas producto de haber recibido los frutos de la pachamama y reverencia por el mismo y de solidaridad con sus semejantes, es decir con los otros/tras miembros de la comunidad).
Las prácticas de participación comunitaria con identidad, traducidas en la solidaridad y reciprocidad es sólo una expresión de convivencia de la mejor manera posible, que significa el “buen vivir” SUMA KAMAÑA (aymara) o SUMAQ KAUSAY (quechua) expresiones intrínsecamente ligados a la filosofía de vida armoniosa entre lo humano y la naturaleza del mundo uro, quechua y aymara. Todas estas prácticas, están incrustadas en nuestros habitus por ser los herederos y guardianes del rico patrimonio cultural, natural e intelectual. Sistema en las que se tiende a revalorar, reinventar y reaprender de la historia milenaria (sistema ayllu) “para hacer mejor las cosas que se sabemos hacer para estas y futuras generaciones”. Pero de ninguna forma, estas acciones significan retroceso al pasado u quedarse estancados en el presente repudiando la modernidad, sino se trata de tomar de la modernidad lo mejor para mejorar las actividades tradicionales que los Pueblos Indígenas lo hemos venido haciendo a la luz del pasado.
Sin embargo, en las actuales circunstancias ello no siempre es posible. Aún cuando el discurso de que “las ideas no sólo son productos de la mente, sino que también son seres mentales con vida y poder” (Morin, 2001.), pero este poder, ha sido utilizado a nombre de la democracia para acallar la voz de las organizaciones sociales y en particular de los Pueblos Indígenas bajo el argumento que sus vicisitudes son subversivas y por tanto criminalizan la democracia como una piedra en el camino. En tanto que todo lo que digan o hagan los que ostentan el poder político y económico (los partidos políticos tradicionales), a nombre de la democracia (utilizando la prensa escrita, hablada u otro medio) no escatiman ante nada para liquidar las ideas de los que creen en sus propias formas de “ democracia ” basado en la ” participación comunitaria con identidad ” adoptada por consenso comunitario. Todo ello, no es más que el pensamiento y sentimiento de los oprimidos y marginados de siempre ignorados dentro de la democracia Q´ara, y por consiguiente los peligros y carencias y de las actuales y futuras generaciones quedaran siempre ignoradas si es que no se cambia el curso de la democracia.
Por estos considerandos, los aymaras, quechuas, Uros, Guaranis, Qollas, Mapuches y otras etnias que habitamos el basto altiplano, valle o del amazonas en las próximas elecciones dentro del Estado Q´ara confortantes de aquel estado confederado del TawaIntiSuyo, nunca más deberíamos emitir nuestros votos a favor de los partidos políticos tradicionales de siempre que nos han excluido y discriminado en lo que va de la república y dentro de la llamada “democracia”. Y no deberíamos de dudar en emitir nuestro voto (elegir) a favor de nuestros representantes previamente designados por consenso de conformidad a nuestros usos y costumbres, por “turno y rotación”. Donde todos/das tengamos la potestad igualmente de juzgar de acuerdo a nuestros usos y costumbres practicadas desde tiempos inmemoriales. Y además ellos, nuestros representantes traduzcan y defiendan nuestro sistema de creencias y valores expresada en nuestras formas de pensar, decir y hacer. Y sobre todo, ayuden a garantizar a escoger libremente nuestro destino político y libre determinación, y en virtud a ello planificar nuestro desarrollo económico, social, ambiental y cultural; tal como los establece Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
Territorio Lupaqa /Qolla del lago titiqarqa (Puno Perú), noviembre del 2005
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(*) Directivo de Corporación para Infra Estructura Socio Económica y Transformación Agropecuaria (CCISETA). Y del Consejo indio de Sudamérica (CISA) entidad consultiva ante Consejo Económico y Social -ECOSOC- de la Naciones Unidas (website: www.cciseta.org – www.puebloindio.org — e-mail: [email protected] ).